martes, 5 de febrero de 2013

Mientras el 12% de la población mundial pasa hambre, desperdiciamos un tercio de los alimentos producidos


Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cerca de 870 millones de personas en todo el mundo pasan hambre, cifra que equivale al 12,5% de la población mundial y, sin embargo, cada año se desperdician 1.300 millones de toneladas de comida, lo que supone un tercio de los alimentos que se producen.

Aunque, por desgracia, el hecho de que se deseche esta enorme cantidad de alimentos no es nada nuevo, el aumento del número de personas que viven en la pobreza en los denominados ‘países desarrollados’ ha incrementado la sensibilización general hacia este asunto. Esta paradoja tan cruel ha propiciado, en los últimos tiempos, un gran debate social y que instituciones de diversa índole pongan en marcha medidas para paliar este problema.

Sin embargo, en un asunto tan importante y de tanto alcance hacía falta un gran impulso por parte de las Naciones Unidas y, por ello, recientemente se ha lanzado la campaña mundial contra el desperdicio de alimentos ‘Piensa. Aliméntate. Ahorra. Reduce tu huella alimentaria’, en inglés Think. Eat. Save. Reduce your Foodprint, puesta en marcha por FAO y el Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma).

Con esta campaña se quiere reforzar las iniciativas Save Food y Hambre Cero para disminuir la pérdida de alimentos a lo largo de toda la cadena de producción y consumo, dirigiéndose específicamente a la comida desperdiciada por los consumidores, los minoristas y la industria hotelera. El objetivo es aunar esfuerzos para conseguir reducirla gran cantidad de alimentos que son deshechados a diario y favorecer el intercambio de información entre las diversas iniciativas surgidas en distintos lugares del mundo para tal fin.

Como generalmente la pérdida de alimentos se produce en la primera etapa de la cadena: recolección, procesamiento y distribución, y el desperdicio en su fase final: manipulación por parte de minoristas y consumidores, la web de la campaña ofrece consejos sencillos para que los propios actores implicados puedan asumir compromisos como practicar el consumo responsable, comprando sólo los alimentos que realmente vayamos a consumir, cocinar nuevas recetas a partir de alimentos que están a punto de echarse a perder, reducir las opciones de las cartas de restaurantes, etc.

‘Piensa. Aliméntate. Ahorra. Reduce tu huella alimentaria’ es, sin duda, una iniciativa más que esperada pero, como apuntan desde la propia ONU, para que funcione hace falta una implicación real de toda la sociedad: desde los gobernantes, hasta los consumidores. Así que si quieres convertirte en un consumidor más responsable socialmente y no sabes cómo hacerlo, entra en http://www.thinkeatsave.org/ y, sobre todo, antes de hacer la compra o cocinar, ten claro qué es prescindible y cuánto es suficiente.

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