Estamos en la última fase de negociación y redacción del V Plan Director de la Cooperación Española. Cuando se cumplen 30 años de la fundación de la Agencia Española de la Cooperación para el Desarrollo, que se ha convertido en referente de la sociedad.
¿Pero qué es el V Plan Director de la Cooperación Española? El primer borrador que tenemos no ha sido “bien recibido”. El documento ha sido distribuido por la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica y el Caribe.
Algunas de las novedades que se plantean son:
- Incluye temáticas nuevas como migración, seguridad y medio ambiente; se reforzará el trabajo con el sector privado, sindicatos, ONG y Universidades.
- Entre los países “prioritarios”, la cooperación española seguirá trabajando en América Latina, África, Oriente Próximo y Filipinas, pero intentará dar respuesta a las necesidades emergentes de países menos avanzados y de renta media.
- Las “prioridades”, girarán en torno a la implementación de la Agenda 2030 y “en sectores y regiones donde España tenga experiencia, donde sus acciones tengan un valor añadido y donde los socios nos pidan que estemos”.
Algunas de las carencias que se han detectado son:
1) Inexistencia de un marco presupuestario: el borrador no solo no va acompañado de una memoria económica, en la que se especifique los fondos que se destinarán, sino que además la cuestión presupuestaria aparece reflejada con menciones difusas o sujetas a condicionantes sin especificar.
2) Carencia de un enfoque estratégico: en la propuesta de V Plan Director se explicita una voluntad de alinearse con la Agenda 2030, la Agenda de Acción de Addis Abeba sobre Financiación del Desarrollo y el Acuerdo de París sobre cambio climático, algo que se valora positivamente. Pero, este ejercicio no cuenta con una visión a largo plazo, con prioridades claramente definidas, en la los elementos propios y positivos de la Cooperación Española con las exigencias y metas de la Agenda 2030 se pueda equilibrar.
3) Vacío en el desarrollo de un marco institucional y normativo: el texto propuesto no hace referencia a las reformas necesarias, y recomendadas por distintos organismos nacionales e internacionales, para superar la fragmentación y descoordinación existente entre los distintos actores de la cooperación. Solo menciona la futura modificación del estatuto de la AECID antes de diciembre de 2019.
4) Falta de ambición con respecto a la coherencia de políticas: en el borrador se menciona la necesidad de reforzar la coherencia de políticas para el desarrollo sostenible. Es indispensable que el Estado establezca un mecanismo encargado del cumplimiento y evaluación de dicha coherencia tanto en las políticas nacionales como en las destinadas al exterior.
5) Deficiente valoración del papel de la sociedad civil: No se reconoce, la importancia como agentes de incidencia política y de transformación social mediante la educación para el desarrollo.
6) Necesidad de un marco de seguimiento y evaluación: el plan no contiene indicadores y metas con los que realizar un seguimiento y evaluación del mismo. Tampoco plantea herramientas de planificación y seguimiento anuales que puedan orientar e informar sobre los avances conseguidos y los desafíos existentes, es importante evaluar y sobre todo el seguimiento de los planes llevados a cabo.
Esperamos que en esta fase de consulta y debate de los distintos sectores implicados, se tengan en cuenta estas carencias del documento para poner en marcha un buen plan.
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